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lunes, 4 de enero de 2010

RIDÍCULO EN EL CALDERÓN

Una vez mas, y ya son muchas, cualquier aficionado sevillista, jimenista o no, ha vuelto a sentir verguenza del espectáculo bochornoso con que nos ha premiado nuestro equipo en la noche del sábado.
Observando el resultado a alguien que no viese el partido el titular de esta crónica le podría resultar exagerado pero si contamos como se perdió y ante que equipo este titular puede ser venébolo con lo visto sobre el terreno de juego.

Centrándonos ya en lo que fue el partido en sí, el Sevilla volvió a salir como está acostumbrado con el entrenador que comanda el equipo, osea a no jugar a nada, no ir a por el partido, jugar al boleón y haciendo lo que para este míster es lo único importante en un equipo, mucha presión sobre el rival. Del rival decir que aunque jugasen quince partidos seguidos parecía imposible que pudiera hacerle un gol a nadie, salvo algunos ramalazos de Forlán por despistes de Squillaci, teniendo en cuenta que su hombre mas peligroso, Aguero, estaba ausente por lesión.

Pues sí señores, ante el peor Atlético que se recuerda, el Sevilla ha vuelto a perder a pesar de ponerse por delante en el marcador tras gran cabezazo de Renato. Y vuelve a perder porque el mismo Sevilla se viene atrás por la falta de liderazgo desde el banquillo y en el mismo terreno de juego. Es necesario un entrenador que de tranquilidad y calma al equipo en ciertos momentos del partido con el resultado a favor -y mas en ciertos campos como el Calderón-, pero claro cuando ni el entrenador se cree entrenador como va a inculcarle nada a los jugadores. Tampoco hay nadie sobre el terreno de juego que otorgue ese liderazgo y esa tranquilidad necesaria en ciertos momentos que todos los equipos necesitan, acuerdense de P. Alfaro, J. Navarro, Martí, etc, y claro si en un barco no hay ni timón ni capitán este no tiene mas remedio que irse a la deriva.

El empate llegó casi sin quererlo tras un error en cadena de F. Navarro, Squillaci y Dragutinovic (el menos malo en defensa ayer) que introdujo el balón en su propia portería. De ahí hasta el final del partido lo único que parecía llevar algo de peligro eran las bandas de ambos equipos, pero con dos equipos tan mediocres, el empate era el resultado lógico. Lo único que podía alterar el partido eran las ganas del colegiado de mandar a la caseta a algún jugador sevillista, todos nos dábamos cuenta de eso salvo, de nuevo, nuestro gran míster, que mantuvo en el terreno de juego al amigo Aldo y este se lo agradeció autoexpulsandose. Inexplicable lo de este tuercebotas, quien le iba a decir a un hombre tan limitadísimo técnica, física y tácticamente que se iba a ganar la vida jugando al fútbol, ademas saliendo de su país, viniendo a la que dicen mejor liga del mundo y para mas INRI en un equipo que aspira a la Liga de Campeones, desgraciadamente acabó en el Sevilla.

El tanto de la victoria colchonera llegó en el descuento del descuento tras una falta al borde del area -en un balón sin ningún peligro- del veteranísimo e internacional Fernando Navarro. Fue un crimen que se pagasen de cinco a siete millones al Barcelona por un jugador que se limitaba a cumplir como lateral pero que no aportaba nada en ataque (cuanto hubiese costado David Castedo por esa regla de tres), pero esta temporada se está convirtiendo ademas en el mejor atacante del equipo contrario.

En definitiva, si en un equipo se unen jugadores tan mediocres como Duscher, Konko, Navarro, Koné, Romaric y a esto le unimos la escasa aportación de otros como Negredo, Squillaci, etc lo normal es que empatemos con un equipo tan malo, malísimo como el Atlético, si le añadimos que llevamos dos años sin entrenador pues...2-1 y pa casa.

Por cierto resultadistas, ya somos quintos, superados por equipos como el Mallorca y a dos y tres puntos del Getafe y del Depor que, eso sí, nos superan en presupuesto ¿no Manolito?.

La Crónica del Sr. X

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