¿Digno acreedor de la final?

Tremenda dosis de tristeza la que ofreció ayer el Sevilla de Manolo Jiménez a los Sevillistas que han disfrutado de dos Copas UEFA, una Copa del Rey y una Supercopa de Campeones de Europa, pero también a toda España. Cualquiera que ame a este deporte, ayer se dio cuenta de dónde nos ha puesto el despropósito de fútbol que aplica este aprendiz de entrenador, al que ahora, más que nunca, debe lanzar elogios a sus jugadores en vez de culparlos, como ha hecho en más de una ocasión (partido At. Madrid, por ejemplo). Y del más que mediocre espectáculo futbolístico que están ofreciendo jornada tras jornada.

Sinceramente ayer sentí por un momento que esto yo lo había vivido antes, pero siendo mi equipo el que realizaba este fútbol. Ese acoso incesante a la portería rival, ese toque con apoyo y fútbol directo, pressing a las líneas de arriba y recuperación constante de balón sin dejar pensar al rival... Señores qué desconcierto, qué vergüenza. Y encima, tenemos que aguantar que debido al arrenque comercial en número de abonados que ofrece Sevilla a la hora de los partidos del plus, Robinson diga que el Sevilla es un grande. Demostramos partido a partido que no es cierto y lo peor es que la columna vertebral de este equipo sigue ahí, y que estos jugadores salvan constantemente la cabeza de este Vendedor de humo que es sevillista pero que antes mira por él y su futuro, que lo tiene ya asegurado en el ámbito futbolístico porque cualquier equipo de los finales de tabla en primera o de los de segunda le van a ofrecer entrenar de nuevo. Sin el Sevilla esto hubiera sido imposible para él.

Pero mientras tanto, a nosotros nos sigue costando el deterioro de esa gran imagen que teníamos en Europa y nos va a seguir costando más cosas, porque la suerte se acaba y porque estos grandes jugadores se cansan y se van a otros clubes con más presupuestos intentando ganar más cosas ya que con el Sevilla no pueden conseguirlo. Como en su día hizo el gran Daniel Alves que aguantó y se tuvo que ir porque el gran momento se lo cargó este entrenador (eliminatoria a favor con Fenerbahce y semifinales de copa de Rey). ¡Dios qué tristeza! ¿Conseguiremos otra vez construir una plantilla tan ajustada para el sistema de juego que practicamos como la que dejó montada Juande?. Y eso que los chavales que vienen desde abajo demuestran que el trabajo que se ha estado haciendo en estos diez años ha sido serio; hablo desde benjamines a juveniles, porque cuando muchos han llegado a manos de los que han desplegado fútbol en el Sevilla At. (Jiménez, Fermín y Diego) se han agotado y quemado (caso Bruno , Cordero... gente que podían pero que no han podido... desplegar fútbol), y cuidado que hay una generación de ganadores de Copa de Rey de juveniles que están ahí, veremos donde acaban. De momento, muchos de ellos en el Sevilla C. Un C que por cierto está jugando más al fútbol que el Sevilla Atlético.

Volviendo a lo de Getafe hasta al árbitro le pareció injusto el resultado de la eliminatoria, que durante y al final del partido les hablaba a los de Madrid por su nombre de pila y con el brazo por encima del hombro, como consolándolos.

¡¡Qué partido!!. El Sevilla corriendo alocado como un pollo sin cabeza y achicando agua del bote (vaya excelente encuentro de Escudé y Cala) ante el naufragio que venía encima. Para colmo, se vio el equipo recompensado con la gran imagen de un "mister" que es mandado a la grada cuando intentaba buscar algo de ventaja pidiendo al árbitro que amonestara con roja a Boateng (¡¡¡háganme el favor de quitarle a uno para ver si puedo capear el temporal!!!).

Por otra parte el defensor a ultranza de Manolo, Monchi, de carnavales. Pues habría que hablar del secretario técnico del Getafe, vaya trabajo que ha realizado, y lleva años manteniendolo en primera con fichajes excelentes. Pásele la listita al del carnaval. A todo esto, le cambio Duscher, Lolo y Romaric por Boateng... apuesto a que este último tiene una ficha más baja que los tres primeros.

Señores este es un capitulo más del lamentable Sevilla que ha montado "er señó Manolo" con el beneplácito de Monchi y Del Nido. Pónganse la mano en el pecho, con todo mis respetos al trabajo que están haciendo, ¿Nos merecemos esto?.

Coehlo.